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La dedicación de Catalina Chervin al poder expresivo de las líneas y formas (en su mayoría) abstractas —con incursiones ocasionales del color— constituye una verdadera leyenda dentro del mundo del arte. Ha sido una figura constante en los círculos de admiradores y coleccionistas de tres continentes.
La formación de Chervin en el reconocido taller de Robert Blackburn en Nueva York —y, antes, en Argentina, su preparación en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” en Buenos Aires— la preparó para integrarse en los círculos del arte avanzado y experimental de las numerosas ciudades donde ha realizado exposiciones individuales o colectivas, entre ellas Buenos Aires, Colonia, Madrid, Ciudad de México y Nueva York.
El arte de Catalina Chervin no es simplemente una concreción de recuerdos. No es "agradable" en el sentido convencional. Es necesario observar, internalizar y reflexionar sobre sus densas metáforas visuales que inevitablemente reflejan un estado mental que –para aquellos observadores dispuestos a suspender su deseo de mensajes concretos u obvios– puede ser (uno o ambos) inquietante o catártico.
El formato principal de Catalina ha sido el dibujo. Sus obras en carboncillo sobre papel a menudo nos parecen impactantes a primera vista, pero cuando se observan en exposiciones donde el espectador puede contemplar los múltiples (y a veces contradictorios) significados de sus imágenes, entran con creciente urgencia en nuestra conciencia.
Los dibujos individuales (o pinturas y esculturas, géneros en los que ha hecho importantes incursiones en los últimos años) son, sin duda, vehículos para la meditación y la reflexión privadas. Sin embargo, pocas son las oportunidades para observar la productividad estética de este (o, de hecho, de cualquier) artista. Catalina Chervin es fundamentalmente consciente de la necesidad de difundir su visión artística y su contundente voz estética al resto del mundo. Por ello, el arte de la estampa tiene para ella un significado esencial. En series impresas, Catalina Chervin puede ofrecer a un público más amplio la envidiable oportunidad de observar y comprender sus mensajes dentro de los ámbitos de la abstracción. En la exposición actual estamos profundamente interesados ??en sugerir el significado “universalista” de su convincente lenguaje visual. El vocabulario gráfico de Catalina Chervin se convierte, a través del medio impreso, en parte de un patrimonio más amplio de conciencia artística por parte de su público admirador. Esta es la primera vez que se presenta una exposición de grabados de Chervin en Nueva York. Es un momento histórico para este brillante creador de una sensibilidad artística colectiva.
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